viernes, 25 de noviembre de 2016

PERSONAS NOCIVAS EN RELACIONES TOXICAS

Hoy día existe una nueva terminología para hablar de parejas que crean sus propias fantasías, viven de realidades inexistentes, y generan conflictos por doquier por cualquier cosa, es decir asumen que las cosas son como ellos las dicen o las perciben generando en muchas ocasiones ataques verbales o agresión física contra su cónyuge,  miembros familiares o club de amigos en que se desenvuelven. Muchas de estas situaciones están alimentadas por comportamientos insanos, que pueden ser originados  por sentidos de rivalidad, competencia, celos que percibe en su interior  o halagos que son dados a otros y originan que se  despierte una actitud vengativa hacia el vencedor. Las personas toxicas se especializan en generar disturbios por donde pasan son verdaderos vendavales de conflicto lo cual origina que enreden a muchos en problemáticas dada su capacidad de manipulación.



En la relación de pareja podemos encontrar este tipo de actitudes y llegar a afirmar que convives con una pareja toxica cuando comienzas a percibir que todo lo que ocurre en tu relación u hogar tiene un culpable que por lo general eres tú y no la otra persona.

Muchos de estos patrones nocivos de comportamiento se deben por lo general a baja autoestima, sentimientos de culpabilidad, temores y otros sentimientos que la persona ha alimentado durante su vida y que continua cultivando hasta el punto que se refleja en sus actitudes erróneamente. Esto conlleva a que el cónyuge descubra que en lugar de sentir mayor placer y felicidad con su pareja lo que vive son momentos fugaces,  experimentando una sensación de frustración.

Las personas con baja autoestima y temores tienden a inspirar dependencia  de los demás como medio de cautivar o llamar su atención e interés por ellas. Sienten que ellas han encontrado la persona indicada y que no pueden conseguir otra mejor que ellas y que si está a su lado es porque esa debe ser la persona indicada y no otra. En un artículo anterior tocamos la dependencia emocional que se refleja en el temor a estar solo y sentir que la compañía que el otro le ofrece y los momentos de atención y cariño que le brinda cuando quiere son suficientes para compensar.



La lucha por salvar la relación, conlleva a dar más, sacrificar  más de lo que debe por mantener el barco a flote y que no se hunda soportando un desgaste físico y emocional que se trasmite a la relación.

En esa lucha de supervivencia se pasan por alto pequeños detalles que no deben repetirse pero que al final terminan convirtiéndose en las pequeñas zorras que echan a perder el cultivo.

Convivir con una persona toxica puede generar un desequilibrio emocional en la pareja que conlleve a una relación enfermiza donde quiere salir pero se siente cada día más aprisionado, esto ocasiona desespero y profunda tristeza. La persona que ejerce el lugar de victima puede llegar a pensar que está afrontando  un mal momento en su relación de pareja sin llegar a imaginarse que es un problema mayor que atraviesa su relación y es que convive con una persona toxica. Las manifestaciones de estrés son comunes en relaciones donde este mal está esparciendo su veneno, por lo general de una manera sutil y poco notable.

La actitud de estas personas llamadas toxicas no se limita solo a una mala convivencia de pareja sino que afectan cualquier tipo de relaciones que formen.




Una persona toxica es fácil de percibir, si llamamos toxico a aquello que presenta un comportamiento nocivo para tu salud emocional. Las personas con estas características se dejan al descubierto porque crean un mal ambiente cuando las conocemos,  tratamos o convivimos con ellas, es como dirían los gurúes de la nueva era poseen una energía negativa, están cargadas de influencias negativas causándote inclusive tristeza y sosiego.
La manipulación es una herramienta que las personas toxicas utilizan para camuflar su verdadero problema, si la pareja ha venido de hogares dominantes por la madre fácilmente es el terreno adecuado para regar el veneno de la manipulación.





Las personas que ocupan el lugar de  victimas sienten que tienen que realizar hasta lo imposible por rescatar su relación arrojándose al abismo,  sin analizar el pasado del cónyuge si ese comportamiento fue manifiesto en relaciones anteriores que culminaron en un desenlace de separación.

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