viernes, 25 de noviembre de 2016

LOS TUYOS, LOS MÍOS, LOS NUESTROS




Las relaciones con hijos de por medio se han vuelto común en nuestro entorno latinoamericano, son muchos los hogares donde funciona el famoso refrán “Los tuyos, los míos, los nuestros”. Y es que los hijos no tiene la culpa del fracaso de sus padres, en un mundo donde es normal que las relaciones se fracturen tan fácil  por diferentes causas no es difícil  encontrar este modelo de hogar.



Los hijos siempre serán una bendición independiente de cómo se conciban, es Dios quien permite la vida y todo lo que el permite lo hace con un propósito.

Todos están expuestos a vivir en cualquier momento una relación con estos matices, hoy no hay parejas seguras, anteriormente las parejas se jactaban de convivir por 30, 40 años hasta que la muerte los separara, ese modelo ha sido ultrajado y superado por los moldes posmodernistas  donde ni aun el matrimonio es tenido en alta estima son muchas las parejas que optan por las uniones libres (Unión de hecho). Los pocos hogares estables hoy muestran síntomas de deterioro, cansancio y aburrimiento.

La facilidad que da el nuevo orden  mundial de las parejas facilita que las roturas ya no sean como antes verdaderas catástrofes, donde se guardaba aun luto al espos@ que se iba, muchas parejas optaban por no volverse a casar, en fin el divorcio o la separación era considerado una verdadera tragedia, y lo es aún hoy día cuando miramos las consecuencias que deja,  sin negar que una separación siempre deja fuertes secuelas en la pareja y en los hijos.

La mejor manera de sacar adelante este tipo de relaciones es utilizando el único mecanismo que puede ayudar a su sostenimiento en el tiempo: el dialogo. Está comprobado que cuando hay dialogo las pequeñas o grandes diferencias son llevaderas y que donde existe diversidad conceptual el dialogo puede ser una herramienta de acercamiento y armonía.



Ante esta nueva situación afrontar el dialogo con los hijos es importante antes de formalizar una nueva relación, recuerde que ellos también tienen sus propios criterios pero se debe clarificar que se respetan sus opiniones pero que al final como adultos ellos tomaran normas y decisiones y los hijos deberán acatarlas. y al final terminaran enfrentados quiera o no a un nuevo estilo de vida familiar. Muchos de ellos sentirán sentimientos encontrados y manifestaran ira e impotencia al ver que sus sueños al lado de los padres que ama se han derrumbado y ahora están a las puertas de un nuevo modelo familiar. Podrá llegar a pensar que la otra persona se entrometió en su felicidad. Aunque se trabaje buscando la armonía siempre existirán situaciones de enfrentamientos, pleitos y malos entendidos. Nunca podremos hablar de parejas perfectas aun estén cubiertas del respeto y la admiración mutua de ambos cónyuges. Para ellos (los hijos) no será fácil convivir con otras personas que entraran a formar parte de sus espacios y  clan familiar. Ganarse la amistad de los hijos del otro manteniendo un trato cortes y amable ayuda a que las relaciones tomen un buen camino, siempre teniendo en cuenta y haciéndoles saber a los hijos que ellos no van a remplazar al verdadero padre sino que simplemente haz formalizado una relación de compañero de su mama o su papa.






Los hijos siempre tendrán sus padres originales, intentar romper este lazo es un gran error, este vínculo es inseparable y una nueva relación no puede impedir que ese vínculo permanezca lo que se debe crear es pautas de respeto a la pareja para que no se presenten roces o escenas de celos por imprudencia o falta de respeto a la expareja.  Llenarse de tolerancia y comprensión y paciencia es el mejor antídoto para no perder los estribos, dejar que cada padre maneje las situaciones de los hijos ayudara a mantener distancia y respeto por los hijos ajenos que ahora son vistos como nuestros, Enfrentar estos problemas solo no suele ser la mejor decisión habrá momentos en que la pareja actúa sabiamente y requiera  buscar un asesor profesional que les de pautas en el manejo de su nueva relación en especial con sus hijos.

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