martes, 23 de agosto de 2016

CADA DIA MEJOR



“Cuán hermoso eres, amado mío, y tan placentero. Ciertamente nuestro lecho es de exuberante verdor”.
Cantares 1:16 (LBLA)


Todos las parejas presentan problemas, donde haya seres humanos habrá diferencias de criterios y convivencia, eso no quiere decir que no se pueda tener una relación exitosa. Entendiendo la palabra exitosa como bien llevadera. Cuando Juan el apóstol escribe  a su amigo y le expresa el deseo que prospere su salud y en todas las cosas así como su alma le está deseándole es que tenga un buen viaje por la vida. ¡Cuántos hay esperado con ansias un viaje? Cada sitio y lugar de para resulta en una experiencia maravillosa, haga de su relación ese viaje.  ¿Cuántos han disfrutado de ese viaje planificado? La vida y cada uno de sus componentes tienen esos mismos ingredientes, el deseo que  todo salga bien. La vida de pareja no es ajena a ello, nadie se casa visualizando el fracaso, siempre las más sanas intenciones se juntan a la hora de formar una relación.

Entonces ¿Por qué fracasamos? ¿Será que Dios no quiere que usted sea feliz? Pero aun, ¿Será que el matrimonio no es para usted? ¿Quizá, usted nació para estar solo? Nada es más absurdo y salido de lugar que estas afirmaciones, en primer lugar Dios no prepara a nadie para el fracaso en ninguna disciplina de la vida, en segundo lugar Dios es todo un caballero y aunque no comparte nuestras decisiones en muchos momentos no impide que asumamos decisiones así él sea consciente de que no fueron las mejores y en tercer lugar ¿Quién dijo que la vida de pareja era solo color de rosa? La convivencia en pareja requiere de unos acordes que es necesario tocar para que la melodía suene más agradable y por último la decisión de estar solo no corresponde a Dios sino a sus propias convicciones.

Para llevar una buena relación al menos deberíamos tener en cuenta estos consejos:

APRENDA A DIFERENCIAR. Haga diferencia entre verdaderos problemas y cosas casuales. Hay roces y cosas sencillas que suceden a menudo en la relación que lejos están de crear contienda, aprenda a sortearlos y no arme un drama de ello. No dimensione las cosas, sea sabio en descubrir cuáles son las verdaderas situaciones que colocan en jaque su relación y dele un trato maduro apropiado.

TODO TIENE SU TIEMPO. Los problemas hay que enfrentarlos pero ellos también tienen su momento de ser afrontados. Para ello las personas deben estar receptivas no tratarlos en instantes de mal humor, de un día pesado, de situaciones difíciles, lo más probable es que la cura resulte siendo peor que la enfermedad. Busque el momento propicio y  cuide su lenguaje y sus gestos aunque no creas estas últimas pueden llegar a ser más contundente que sus mismas palabras.



Los problemas por complicados que puedan ser no tiene por qué mudar su rostro, descomponerlo, sacarlo de su control, si esto sucede temo decir que no está siendo controlado desde su interior por Dios sino por su propia carnalidad. Afrontar un problema requiere de preparación y de imaginar las posibles reacciones del otro y que actitudes  tomarán ambos  frente a ello.

NO GUARDE COSAS EN SU CORAZÓN. Esas pequeñas zorras echaran a perder tarde que temprano el cultivo. Nuestro corazón  tiende  a guardar ciertas cosas por evitar discusiones o no por no herir a la otra persona y cuando menos piense aparecen en sus labios para salir a flote. Exprese sus molestias utilizando el lenguaje y gestos correctos. Usted se siente mal por algo y lo que busca es encontrarle una explicación o una salida para bien no para profundizar la crisis.

SOMOS DIFERENTES. ¡Gracias a Dios! ¿Se imagina que pensáramos igual a todo momento? La vida la enriquece es la diversidad, pero esa diversidad debe ser moderada hay conceptos que no podemos aceptar del otro y menos permitir. Pero en ciertas situaciones es normal que las personas tengan diferentes puntos de vista sin decir que necesariamente usted tiene la razón. Muchas de estas diferencias no afectan el amor mutuo y no afectan la convivencia  y pueden hacerse un esfuerzo y seguir adelante con ellas. Nuestra actitud  puede llevar a un cambio más adelante del otro.

GUARDESE DE LA CRÍTICA Y LA COMPARACIÓN. La crítica es buena cuando su sentido es la edificación del oyente, pero cuando se usa para resaltar solo las fallas del otro suele hacer daño. Criticar no ayuda al contrario distancia hasta los mejores amores. La crítica debe ir acompañada de una virtud que resalte al otro en lugar de atacar su autoestima. La comparaciones son odiosas decían los antiguos y sí que tenían sabiduría. Casi a nadie le gusta que lo comparen porque cada uno de nosotros somos una unicidad. Los ambientes y los contextos suelen ser diferentes por lo cual la comparación muchas veces no atina para todos los casos y termina causando heridas emocionales.



CONCLUSIÓN
No pretendo en ser un experto en temas de pareja pero como dijo Pablo pienso yo y el Espíritu da testimonio de esto que si tenemos en cuenta estas pildoritas ¡¡¡ah problemas que nos evitaríamos!!! y se podría llevar una relación con ejemplo para nuestro hijos o y otras parejas.


¡Que Dios nos ayude!

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