¿Se ha preguntado alguna vez
esto?
Parece una pregunta insignificante pero con un contenido profundo.
Jesús en Mateo 24 hablando de su venida en juicio
sobre su nación dice a su pueblo que oren para que su huida de las cosas que
vendrían sobre ellos no fueran en invierno, porque el invierno en aquella
región de Palestina era algo penoso lo cual dificultaba mucho la movilización.
En diciembre la queja pastoral es
que sus congregaciones están vacías, la gente no asiste a las diferentes
celebraciones que tienen ya planeadas durante el año. He conocido de pastores
que ya han detectado sus miembros que tienden a marcar el ausentismo en esta época y sin consultar
con ellos no los colocan dentro de los
listados de servicio.
Algunos han llegado a hablar de
creyentes oncemesinos (11) por eso de
que solo están en sus congregaciones hasta noviembre.
Es bien sabido por todos que
diciembre es un mes de mucha actividad comercial, muchos creyentes aprovechan
la temporada para cuadrarse en sus ventas, otros es la temporada perfecta por
sus vacaciones para visitar la familia que hace tiempo no comparten con ellos.
Todo esto no se sale de lo normal ni atenta
contra los principios de la Escritura.
Lo interesante de esto es que a sus
vacaciones de trabajo y de fin de año le suman un ingrediente más, las
vacaciones espirituales. La vida con Dios no depende de estar congregándose todos
los días pero si de pasar tiempo con Él todos los días. Imagínese un día donde
Dios tome vacaciones de sus misericordias sobre nosotros o un día que Dios
decida hacer un paro del aire que ofrece gratuitamente y no distribuirlo durante
24 horas como es su costumbre.
Ocuparnos en nuestros negocios es
importante para Dios, la Biblia dice “el que no trabaja que no coma”. También
el apóstol Pablo dice que es importante ocuparnos en nuestras labores como una
forma de dar testimonio, pero de allí a lo que la gente suele hacer en esta
temporada existe una gran diferencia. El
tiempo de Dios no tiene horario ni fecha en el calendario, la Palabra de Dios
nos exhorta a buscar a Dios en todo momento, por lo cual es importante que en
medio de todos los afanes que trae consigo este tiempo apartemos diariamente un
espacio para leer la Escritura, meditar un tiempo en ella y reflexionar y
actuar sobre los cambios de actitud que ella nos propone para un crecimiento
espiritual.
La reflexión no apunta a una crítica,
porque mal haríamos en decirle a la gente que deje de laborar cuando la iglesia
no está en capacidad de sostenerles pero si
vas más allá de un compromiso personal que cada creyente tiene con Dios. No nos olvidemos de sacar ese espacio de edificación espiritual y
madurez que conlleva el estar a diario con Dios. Así nuestras agendas se
mantengan apretadas un buen creyente ya tiene apartada en su agenda una cita
diaria con Dios. Diciembre
es un mes que se presta para todo, la diversión, el trabajo y los viajes suelen
hacer parte de estas fechas pero incluyamos un cuarto elemento que debería ser
el primero de todos: nuestra relación con Dios.
En enero muchos regresarán, la gran mayoría con sus historias y vivencias de la navidad, las ilustraciones de sus experiencias no se harán esperar, pero son aquellas actitudes y formas de vivir su fe el termómetro que permitirá medir en que lugar estuvo Cristo durante el mes que nos dejaron.
¡QUE DIOS NOS AYUDE! PASTOR: Fernando Osorio
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