lunes, 30 de diciembre de 2013

¿QUÉ PASARÍA SI LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO FUERA EN DICIEMBRE?

¿Se ha preguntado alguna vez esto?
Parece  una pregunta insignificante  pero con un contenido profundo.
Jesús en  Mateo 24 hablando de su venida en juicio sobre su nación dice a su pueblo que oren para que su huida de las cosas que vendrían sobre ellos no fueran en invierno, porque el invierno en aquella región de Palestina era algo penoso lo cual dificultaba mucho la movilización.
En diciembre la queja pastoral es que sus congregaciones están vacías, la gente no asiste a las diferentes celebraciones que tienen ya planeadas durante el año. He conocido de pastores que ya han detectado sus miembros que tienden a marcar   el ausentismo en esta época y sin consultar con ellos no los  colocan dentro de los listados de servicio.
Algunos han llegado a hablar de creyentes  oncemesinos (11) por eso de que solo están en sus congregaciones hasta noviembre.
Es bien sabido por todos que diciembre es un mes de mucha actividad comercial, muchos creyentes aprovechan la temporada para cuadrarse en sus ventas, otros es la temporada perfecta por sus vacaciones para visitar la familia que hace tiempo no comparten con ellos. Todo esto no se sale de lo normal ni  atenta  contra los principios de la Escritura. Lo interesante de esto es que  a sus vacaciones de trabajo y de fin de año le suman un ingrediente más, las vacaciones espirituales. La vida con Dios no depende de estar congregándose todos los días pero si de pasar tiempo con Él todos los días. Imagínese un día donde Dios tome vacaciones de sus misericordias sobre nosotros o un día que Dios decida hacer un paro del aire que ofrece gratuitamente y no distribuirlo durante 24 horas  como es su costumbre.
Ocuparnos en nuestros negocios es importante para Dios, la Biblia dice “el que no trabaja que no coma”. También el apóstol Pablo dice que es importante ocuparnos en nuestras labores como una forma de dar testimonio, pero de allí a lo que la gente suele hacer en esta temporada  existe una gran diferencia. El tiempo de Dios no tiene horario ni fecha en el calendario, la Palabra de Dios nos exhorta a buscar a Dios en todo momento, por lo cual es importante que en medio de todos los afanes que trae consigo este tiempo apartemos diariamente un espacio para leer la Escritura, meditar un tiempo en ella y reflexionar y actuar sobre los cambios de actitud que ella nos propone para un crecimiento espiritual.

La reflexión no apunta a una crítica, porque mal haríamos en decirle a la gente que deje de laborar cuando la iglesia no está en capacidad de sostenerles pero si  vas más allá de un compromiso personal que cada creyente tiene con Dios.  No nos olvidemos de sacar  ese espacio de edificación espiritual y madurez que conlleva el estar a diario con Dios. Así nuestras agendas se mantengan apretadas un buen creyente ya tiene apartada en su agenda una cita diaria con Dios. Diciembre es un mes que se presta para todo, la diversión, el trabajo y los viajes suelen hacer parte de estas fechas pero incluyamos un cuarto elemento que debería ser el primero de todos: nuestra relación con Dios.
En enero muchos regresarán, la gran mayoría con sus historias y vivencias de la navidad, las ilustraciones de sus experiencias no se harán esperar, pero son aquellas actitudes y formas de vivir su fe  el termómetro que permitirá medir en que lugar estuvo Cristo durante el mes que nos dejaron.  

¡QUE DIOS NOS AYUDE!                           PASTOR: Fernando Osorio

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