martes, 23 de agosto de 2016

DIFRENTES CON PROPOSITO

 “Vale más la soledad que la vida matrimonial con una persona agresiva y de mal genio”
Proverbios 21:18.


Les confieso que busque todas las versiones tratando de acercarme a una traducción más diciente de nuestro día y me quede con esta.



Sé que como hombres nos fascina ese texto porque da entender que los conflictos se originan por la mujer, pero el texto es más profundo yo me atrevo añadirle mujer y Hombre…porque las rencillas en el hogar muchas veces no son fomentadas por la mujer sino por el hombre.

Que cosas pueden generar rencillas y mal genio  en el hogar:

·         Actitudes deshonestas
·         Palabras hirientes
·         Ausencia de expresiones afectivas
·         Lenguaje tosco
·         Critica permanente
·         Descuido de las obligaciones, etc.

Solo para citar algunas, sé que existen muchas más pero estas suelen ser las más frecuentes.

Las parejas están llamadas a descubrir y dar respuesta a los diferentes conflictos que se presentan a diario en el hogar.

Lo que muchas parejas desconocen es que arrastran de sus antiguos hogares (padres) cosas culturales y de situaciones de vida que intentan mezclar en su nueva relación. Pregúntese por un momento; ¿Cuántas veces no intentado usted dar soluciones a ciertos conflictos como lo hacían sus padres? De allí que el ejemplo que traigamos es fundamental porque muchos de nuestros padres desgraciadamente no resolvían los problemas de la mejor manera.


Una tendencia que heredamos es el pensar que nos equivocamos de pareja, como solíamos escuchar de nuestros padres esto constantemente, terminamos relacionando el matrimonio como la cruz que hay que llevar que habla la Biblia.

Que desatino tan grande. Necesitamos conocer algo del trasfondo de nuestras parejas quizá ello nos conduzca a reconocer sus acciones y actitudes. Este ejercicio sin duda conlleva a que nos volvamos más comprensivos y tolerantes con el otro.

Nuestra crianza y las experiencias del primer hogar nos persiguen aun hasta viejos, esto no quiere decir que no podamos mejorar actitudes nocivas para  nosotros y para las relaciones. La madurez se adquiere cuando la persona  aprende a reconocer esas flaquezas de comportamiento y esos errores de pensamiento, descubre a Dios y se enfoca en la construcción de una persona más sociable y acorde con los principios Bíblicos y la aplicación de estos para su vida. Cuando Dios comienza a trabajar en una persona su propósito es terminar esa obra en ella, así lo expresa Filipenses 1:6 “El que comenzó la buena obra en vosotros, la perfeccionara” en otras versiones dice la “Terminará” Este trabajo tiene que ver con que Dios lleva a la persona a reconocer sus propios errores y trabajar en la erradicación de ellos y en el fomento de virtudes que le ayuden en la convivencia diaria con su prójimo, entendiendo la esposa como parte de este prójimo.



 El hecho de que nuestros padres nos hayan amado y acompañado en nuestro crecimiento hasta formarnos adultos no quiere decir que ellos hayan actuado de la manera correcta, su educación tenía falencias, ellos también tenían actitudes erróneas y es allí donde Dios quiere formarnos para que cuando se formen relaciones de pareja esa cadena de ejemplo generacionales se corte y se construya en pareja una que haga de esta nueva sociedad un hogar fundamentado en el propósito divino para la pareja y la sociedad.

Para ello es menester conocer que hay diferencias pero que estas no pueden permitir actitudes nocivas para el crecimiento de la relación.

Se necesita hoy construir hogares donde hombre y mujer asuman sus roles, devuelvan el diseño divino tan menospreciado por las nuevas tendencias neo liberales que ante el fracaso humano no divino (Dios es perfecto) de los matrimonios hoy,  intentan fomentar otro modelo que atenta contra  la permanencia del hogar y la familia diseñada por el creador.


Reconociendo que hay diferencias en la pareja y que existen herramientas divinas y humanas para solucionar los conflictos es imposible pensar que el divorcio siga siendo una opción que muchos acaricien ante el primer conflicto. Debemos aprender a entender que los conflictos y los problemas hacen para de la vida y que el problema no son ellos sino las salidas que les damos.


¡Que Dios nos ayude!

CADA DIA MEJOR



“Cuán hermoso eres, amado mío, y tan placentero. Ciertamente nuestro lecho es de exuberante verdor”.
Cantares 1:16 (LBLA)


Todos las parejas presentan problemas, donde haya seres humanos habrá diferencias de criterios y convivencia, eso no quiere decir que no se pueda tener una relación exitosa. Entendiendo la palabra exitosa como bien llevadera. Cuando Juan el apóstol escribe  a su amigo y le expresa el deseo que prospere su salud y en todas las cosas así como su alma le está deseándole es que tenga un buen viaje por la vida. ¡Cuántos hay esperado con ansias un viaje? Cada sitio y lugar de para resulta en una experiencia maravillosa, haga de su relación ese viaje.  ¿Cuántos han disfrutado de ese viaje planificado? La vida y cada uno de sus componentes tienen esos mismos ingredientes, el deseo que  todo salga bien. La vida de pareja no es ajena a ello, nadie se casa visualizando el fracaso, siempre las más sanas intenciones se juntan a la hora de formar una relación.

Entonces ¿Por qué fracasamos? ¿Será que Dios no quiere que usted sea feliz? Pero aun, ¿Será que el matrimonio no es para usted? ¿Quizá, usted nació para estar solo? Nada es más absurdo y salido de lugar que estas afirmaciones, en primer lugar Dios no prepara a nadie para el fracaso en ninguna disciplina de la vida, en segundo lugar Dios es todo un caballero y aunque no comparte nuestras decisiones en muchos momentos no impide que asumamos decisiones así él sea consciente de que no fueron las mejores y en tercer lugar ¿Quién dijo que la vida de pareja era solo color de rosa? La convivencia en pareja requiere de unos acordes que es necesario tocar para que la melodía suene más agradable y por último la decisión de estar solo no corresponde a Dios sino a sus propias convicciones.

Para llevar una buena relación al menos deberíamos tener en cuenta estos consejos:

APRENDA A DIFERENCIAR. Haga diferencia entre verdaderos problemas y cosas casuales. Hay roces y cosas sencillas que suceden a menudo en la relación que lejos están de crear contienda, aprenda a sortearlos y no arme un drama de ello. No dimensione las cosas, sea sabio en descubrir cuáles son las verdaderas situaciones que colocan en jaque su relación y dele un trato maduro apropiado.

TODO TIENE SU TIEMPO. Los problemas hay que enfrentarlos pero ellos también tienen su momento de ser afrontados. Para ello las personas deben estar receptivas no tratarlos en instantes de mal humor, de un día pesado, de situaciones difíciles, lo más probable es que la cura resulte siendo peor que la enfermedad. Busque el momento propicio y  cuide su lenguaje y sus gestos aunque no creas estas últimas pueden llegar a ser más contundente que sus mismas palabras.



Los problemas por complicados que puedan ser no tiene por qué mudar su rostro, descomponerlo, sacarlo de su control, si esto sucede temo decir que no está siendo controlado desde su interior por Dios sino por su propia carnalidad. Afrontar un problema requiere de preparación y de imaginar las posibles reacciones del otro y que actitudes  tomarán ambos  frente a ello.

NO GUARDE COSAS EN SU CORAZÓN. Esas pequeñas zorras echaran a perder tarde que temprano el cultivo. Nuestro corazón  tiende  a guardar ciertas cosas por evitar discusiones o no por no herir a la otra persona y cuando menos piense aparecen en sus labios para salir a flote. Exprese sus molestias utilizando el lenguaje y gestos correctos. Usted se siente mal por algo y lo que busca es encontrarle una explicación o una salida para bien no para profundizar la crisis.

SOMOS DIFERENTES. ¡Gracias a Dios! ¿Se imagina que pensáramos igual a todo momento? La vida la enriquece es la diversidad, pero esa diversidad debe ser moderada hay conceptos que no podemos aceptar del otro y menos permitir. Pero en ciertas situaciones es normal que las personas tengan diferentes puntos de vista sin decir que necesariamente usted tiene la razón. Muchas de estas diferencias no afectan el amor mutuo y no afectan la convivencia  y pueden hacerse un esfuerzo y seguir adelante con ellas. Nuestra actitud  puede llevar a un cambio más adelante del otro.

GUARDESE DE LA CRÍTICA Y LA COMPARACIÓN. La crítica es buena cuando su sentido es la edificación del oyente, pero cuando se usa para resaltar solo las fallas del otro suele hacer daño. Criticar no ayuda al contrario distancia hasta los mejores amores. La crítica debe ir acompañada de una virtud que resalte al otro en lugar de atacar su autoestima. La comparaciones son odiosas decían los antiguos y sí que tenían sabiduría. Casi a nadie le gusta que lo comparen porque cada uno de nosotros somos una unicidad. Los ambientes y los contextos suelen ser diferentes por lo cual la comparación muchas veces no atina para todos los casos y termina causando heridas emocionales.



CONCLUSIÓN
No pretendo en ser un experto en temas de pareja pero como dijo Pablo pienso yo y el Espíritu da testimonio de esto que si tenemos en cuenta estas pildoritas ¡¡¡ah problemas que nos evitaríamos!!! y se podría llevar una relación con ejemplo para nuestro hijos o y otras parejas.


¡Que Dios nos ayude!