Esa mañana no
era normal, tenía un tinte diferente. Era un día despejado donde se podía
observar el cielo en todo su esplendor,
un leve pájaro que vuela a la distancia, un objeto distante que escaramucea en
el cielo; si, toda esa belleza era fácil de
percibir. Arturo, pensó dentro de sí “que tarde más hermosa…” Arturo era
un soñador, un contador de historias de amores, con un corazón romántico que
parecía estar a su lado derecho, de palabras dulces, y de una alegría
contagiosa las cuales mucho le admiraban en sus reuniones. Lo que no sabía
Arturo es que el atardecer suele llevarse sin explicación alguna contadas veces
la hermosura de un radiante día, esa magia de poesía ardiente que encierra el
calor del medio día. Cuando la tarde fue cayendo el sol fue perdiendo su vigor
y una densa nube pasó por su rostro para ocultar su profundo brillo, nubes
espesas con ciertos rugidos se convertían en pequeños puntos que tendían a
unirse formando una extensa sabana de oscuridad en lo más alto de la tierra,
parece ser que comenzaba a escribir una nueva historia. Así suele ser el amor;
brilla en todo su esplendor, brota en los terrenos más áridos cuando llega, es
amado, deseado, pero cuando irrita, se quisiera que entregara el hospedaje, ,se
alimenta de promesas y buenos deseos, se carga de un poderoso animo por
alcanzarlo todo, se convierte en un valiente capaz de desafiar todo lo que se
interponga en su camino y con el paso
del tiempo la gasolina de la ilusión y el olor de la rutina comienza a transformarlo en un frío féretro
indefenso y mal oliente que pronto hallará sepultura.
El amor
obedece a una construcción mutua, es un regalo de Dios, es bueno en gran
manera, pero es aplicado por seres imperfectos, orgullosos que defienden su egoísmo, su independencia y
sus propios interés en lugar de transformarse en beneficio de la relación hasta hacerla un cordón difícil de romper. Cuando se ausenta
el amor las cosas tienden a desaparecer
“…Se nos acabó
el amor; se nos fue así no más sin
avisármelo “Así dice la canción de la
conocida cantante Maía sus líneas
reflejan la perdida de ese encanto mutuo y la cruz que está obligado a cargar
quien se niega aceptar que todo ha llegado a su fin; que su apuesta al amor es
un cheque al portador, cuyos fondos están en cero. Muchas
veces no es que el amor se haya ido es que nosotros mismos le hemos ayudado a empacar su maleta.
Por tiempo los
expertos han sostenido que el verdadero amor tiene un tiempo de duración de
tres años a cuatro años lo que continua allí es una rutina permanente donde la
pareja se acostumbra al otro y los que no, terminan transitando la vía dolorosa de la
separación.
El verdadero
amor no se cansa, es innovador, soñador, y está presto a los ajustes necesarios
que toda corriente contraria con sus vientos y mareas pueda traer; se esfuerza
por la integridad y permanencia.
Es una lucha
permanente, consientes que toda relación entre seres humanos sea de amistad o
matrimonio está sujeto a dificultades que en lugar de separar deben llevar al
crecimiento, a la madurez, una mejora y compromiso de las partes involucradas.
El amor se puede
enfriar, es natural que pase por instantes oscuros, momentos de hastío, lo que
no debe es morir, debe tener siempre sus primeros auxilios a tiempo mientras se
asume una atención más formal, si no se mantienen las alarmas encendidas puede acabarse por varias
cosas siendo una de ellas y quizás el factor más importante: el descuido.
Pero ¿qué factores
pueden influir en que el amor se enfríe?
RESISTENCIA AL CAMBIO. Las personas no aceptan que la negativa a un mejoramiento o
cambio de actitud frente a la relación trae efectos positivos para la ellas y
la pareja, persisten en engañarse expresando que todo está bien tendiendo una
cortina de humo que tiene a esfumarse con la salida del sol de la realidad en
poco tiempo.
ALTAS EXPECTATIVAS. Muchas personas esperan demasiado de otros; desconocen que la
relación es entre un hombre y una mujer que están dispuestos y abiertos a dar
lo mejor de sí. Cuando se colocan altas expectativas
es posible que aunque la relación sea estable al no lograr los estándares
previstos genere desanimo.
MOTIVACIONES ERRADAS. Se entrega el corazón
pensando que se puede convivir con esa persona a pesar de las visitudes,
problemas o cosas. Muchas relaciones se
les pueden vaticinar su final aun sin haber empezado, por las costumbres,
valores, actitudes o formas de percibir que uno de los dos o los dos tienen
frente a una relación de pareja. Las motivaciones erradas tarde que temprano
serán un detonante que obstruirá la continuidad.
HILOS ENREDADOS. Vacíos no resueltos, las personas buscan suplir necesidades y faltantes ya sea carencia afectiva o fantasías
mentales buscando llenarlos con el otr@, cuando se suplen se pierde el interés
y se descubre que esto no es suficiente para continuar adelante, el otro caso
sucede cuando estas carencias continúan
a pesar de… suele anidarse frustración y
desinterés.
PREOCUPACIÓN POR EL OTRO. Cuando una persona comienza a percibir que en su vida pueden pasar días sin saber del otr@ , o cuando
lo ve ya no se sienten esas leves cosquilleos del estómago, cuando comienza a
molestarle cosas que en otro tiempo le parecían maravillosas, cuando comienza a
ver los defectos del otro al punto de perder la atracción y que la soledad
puede ser más placentera que la compañía con esa persona, preocúpese, usted ha
emprendido el largo viaje del olvido.
CONCLUSIÓN.
Con el paso
del tiempo y de los años las personas cambian, no es lógico que también
cambien las relaciones a menos que sea
para bien de la pareja, siempre el ingrediente que la sostendrá serán los
mismos, aquellas cosas que hicieron brotar la ilusión de una unión serán
fortalecidos, alimentados, cuidados con el propósito de permanecer unidos. Una
de las causas que impide que esto se logre es la inmadurez de alguno o de la
pareja que olvida su compromiso inicial y la cultura que tiende a ver el
matrimonio como un tratado obsoleto.
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