lunes, 3 de julio de 2017


CONFLICTOS DE PAREJA

Sin duda que vivir en armonía es lo que más desean quienes han conformado un hogar, ese sueño mágico de estar en comunión para ser eso, un anhelado sueño, por lo que se ve a diario es lo contrario, pleitos, contiendas, divisiones suele ser el pan diario del que se alimentan muchas relaciones. Todos buscan seguridad, porque esta es un blindaje a la unidad familiar, pero cuando esta se ausenta todo se convierte en una amenaza para la relación y para terceros  que no se escapan de las consecuencias.



Se define los conflictos familiares como las diversas situaciones negativas que se presentan al interior de una pareja ya sea entre ellos o involucrando hijos y familiares cercanos.
Estos suelen presentarse por factores como diferentes maneras de ver las cosas, lucha por tomar del liderazgo familiar, problemas con fármacos, y otro tipo de tensiones que conllevan a decir que se está presentando un conflicto familiar.
A los conflictos familiares los acompaña el sufrimiento de cada uno de sus componentes llámese pareja, hijos o terceros con quienes se convive, sin darnos cuenta cada miembro involucrado sufre unos en silencio, y otros expresivamente al revelar su condición. Los problemas familiares están muy ligados a los estilos de vida que la nueva familia ha vivido en sus experiencias pasadas, antes de formalizar su unión. No es un secreto que todos arrastramos cosas de nuestro hogares paternos y las formas en que estos dieron soluciones a diversas problemáticas. Es entendible que cada nueva unión es una experiencia particular,  que debe luchar por crear un modelo familiar nuevo basado en las experiencias que cada uno aporta y en los principios divinos para el matrimonio.

Los consultorios de consejeros matrimoniales se encuentran atestados de parejas que no saben cómo brindar estabilidad emocional a sus relaciones, muchas de ellas con gran dosis  de posesión y violencia de pareja.

Cuando Dios diseñó el matrimonio lo hizo con un propósito específico, Esa primera pareja en el Edén colocaría las bases  para una sociedad que sería el reflejo de la unidad, el amor,  y el desarrollo de las comunidades e instituciones que de allí se desprendieran sin llegar a decir que estarían exentas de tensión y sufrimiento; fueron diseñados con la capacidad de sobreponerse a ellos. Todas las parejas están equipadas para sobreponerse a las diferentes barreras que encuentren en su experiencia diaria si tan solo aplican las normas del diseñador. El grave problema que tenemos en la sociedad moderna es que queremos solucionar conflictos que son de tipo espiritual sin consultar el manual del fabricante.



Los conflictos familiares suelen generarse por diversos factores entre los más comunes tenemos:
La comunicación: Esta es un medio de transmitir pensamientos, sentimientos y emociones, si requerimos a diario comunicarnos con nuestro entorno laboral y demás personas ¿cuánto más con nuestra familia que compartimos la mayor parte de nuestra vida? La comunicación une a las personas, permite dar y recibir información y generar empatía y afecto entre la pareja.
Una pareja que descubre el valor de la comunicación tiene un gran porcentaje de éxito en su relación sin llegar a pensar que no tendrán dificultades y distanciamientos parciales.
Cuando esta se aplica familiarmente produce compañerismo y respeto compartido y un clima familiar saludable.
¿Te has preguntado bajo que parámetros podemos practicar y mejorar  la comunicación?
Siendo positivos, es la forma en que trasmitimos lo que queremos dar a conocer
Tener en cuenta al otro, quizá uno de los errores más comunes es centrarse solo en tu necesidad ignorando las del  otro.
Crear espacios de comunicación, es importante prepara un ambiente cuando se van a tocar temas álgidos para la relación.
Cuidarse de la impaciencia. Hay momentos en que la pareja debe aprender que esperar trae resultados positivos para la relación y no dejarse llevar por sentimientos de inmediatez.
Cuidarse de generalizar, señalar es uno de los errores más comunes en las discusiones de pareja y lo cometen los dos cuando acusan directamente al otro, es normal que a nadie le gusta que lo coloquen contra la pared y menos acusándolo, existen diversas formas en la comunicación que permiten decir las cosas y generar una reacción de reconocimiento en el otro.


Diversas maneras de pensar. Tener criterios unificados en los hogares es difícil, pero no imposible cuando la pareja está trabajando en el fortalecimiento de su relación, estar siempre abierto a que es lo mejor por encima de lo que deseamos o anhelamos permite alcanzar  fortaleza en la pareja. Imponer criterios para no salir perdedor genera muchas divisiones, conflictos, violencia y todo por no ceder en sus propuestas.
La manera de expresarse. Hablar siempre en primera persona denota egoísmo y este es uno de los hilos más débiles que tiende a romperse en las diferencias de pareja. Pensar en pareja es más beneficioso para la relación que los señalamientos o deseos personales, cuando una pareja habla en común involucrándose mutuamente “deberíamos”, “porque no hacemos esto…” dejar visualizar que son equipo y que las consecuencias benefician a los dos.



La manera de manejar su tiempo libre. Este factor es muy común de consulta debido a que la pareja tiene diversa formas de interpretarla. ¿Cómo manejar sus espacios libres y como involucrarse en actividades comunes? Esto muchas veces es generado por la vida rutinaria en que desembocan las parejas que se entregan demasiado  a la actividad laboral retándole importancia al espacio familiar. Esto conlleva a crear espacios independientes con las ya sabidas consecuencias. Las parejas necesitan oxigenar su relación pasando tiempos libres y juntos manejando el equilibrio. El no compartir va a traer que se presenten constantes pleitos cuando se quiera utilizar el espacio libre que es propio del hombre como la mujer, ambos tiene derechos a sus espacios libres sin olvidarse de los mutuos.

Conclusión
Es inevitable que hallan diferencias en la familia, pero si es posible que esas diferencias se puedan manejar de manera adecuada de tal manera que no dañen la unidad familiar. Los conflictos tienden a solucionarse cuando cada uno asume su responsabilidad y acepta la necesidad de un cambio en sus actitudes y comportamientos como cuota para para la solución de conflicto.
¡Que Dios nos ayude!



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